Experiencia Viajando a la patagonia (parte 1)

Este posteo es más una bitácora de viaje que otra cosa.

Quiero contarles un poco de las vivencias, como fue el viaje, distintas experiencia que tuve, tal vez, si estás pensando viajar, algo de todo esto te puede servir, y a mi me sirve de descarga, y para no llenar mi diario personal con un choclo de texto, hago uso de este posteo para eso, y de paso cuelgo algunas fotos lindas que fuimos sacando con mi pareja durante esta semana de viaje.

De entrada, llegamos al aeropuerto a 40 minutos de que salga el vuelo por un tráfico tremendo que había en la autopista (General Paz) y si bien no teniamos que despachar ni hacer el check in cuando fuimos a “dar aviso” (no se como se dice cuando vas a decir un “hola, estoy acá” nos dicen “Uy, pero es re tarde, corran a la puerta 24 a ver si llegan” y nos señala una dirección, agarramos nuestros bolsos de mano, corriendo en medio del aeropuerto “para ver si llegábamos” a tomar el vuelo, encarando a la zona donde apunto, vemos que en ningún lado vemos una puerta 24, a lo que le preguntamos a alguien de seguridad donde era, que nos ve agitados y nos dice “A que van a esa puerta” con un tono muy calmo -Nos dijeron de alla que corramos a esa puerta para ver si llegábamos al vuelo a Río Gallegos– le respondí, “y no les dijeron a donde quedaba? que mal, pasen por ahí, díganle a esa persona de seguridad que van a esa puerta y los deja pasar” -Gracias- y así fue, de alguna forma extraña, con su pasividad, nos relajó, más allá de que aún no sabíamos si llegábamos al vuelo.

Luego de pasar por el scanner (y que nos hayan retenido el off para los mosquitos, cosa que nos han dejado pasar otras veces, y de hecho nos retuvieron eso y no los desodorantes) llegamos a la zona de embarque, vimos un lugar con fila y otro sin nada de gente, y al ver los carteles nos dimos cuenta que la fila era de nuestro vuelo y que ni siquiera habían empezado a embarcar, así que llegamos más que bien.

Vista aerea de la ciudad de Rio Gallegos

Durante el vuelo, todos los pasajeros estuvimos con el tapaboca colocado, más que alguno que se lo bajaba para tomar agua y se lo volvía a subir como corresponde no sucedió.

Ya en Río Gallegos alquilamos un auto (que la garantía era de 110000$ y no teníamos ninguna tarjeta con ese límite, así que iba a tomar 70k de una y 40k de mi pareja, y al final nos dijo que solo iba a tomar mis $70.000 asi no hacía doble papeleo.

Cenamos en una pizzería en Río Gallegos (costos normales, no muy elevado) y nos fuimos para El Chaltén
En el camino vi una especie de posta policial, donde reduje la velocidad esperando a alguien que me pare, y al no ver a nadie , seguí camino, y por el espejo retrovisor, veo que apenas paso, sale un policía y me hace luces con una linterna, así que puse balizas y marcha atrás hasta llegar a su lado.

Le comenté que no había visto a nadie, por eso seguí, me consulto de muy buena forma a donde íbamos, le comento que recien habiamos llegado e ibamos a El Chalten, y nos empezó a recomendar lugares y cosas para hacer en todo Santa Cruz, muy buena onda el policía, joven y carismático.

En el camino, durante la noche, se cruzaban constantemente liebres por la ruta, cada 5 minutos una liebre se cruzaba, y pese a que íbamos a 60km a causa de eso, tenia que hacer algunas frenadas bruscas, de hecho algunas al ser tan chicas, vi camionetas pasarles por arriba, pero que luego de pasar, la liebre seguía en el medio de la ruta inmovil pero viva, así y todo, desgraciadamente en una parte de la ruta le di a una, y más allá de mi esperanza de que solo la haya golpeado y no matado (ya que tampoco tenía sangre o pelos en la parrilla del auto) quien también sufrió, además de el animal y yo fue el vehículo, ya que se quebró el paragolpe delantero.
(No se imaginan lo que dudé en escribir y contar esta parte, con el amor que le tengo a los animales, más de 10 años de vegetarianismo, y contar esto, me producía cortocircuitos, pero preferí serles sinceros y contar todo, total, yo se que lo que siento por los animales, va más allá de lo que sucedió y de que otra persona lo sepa o no).


Después de la travesía nocturna, llegamos a El Chaltén, con cansancio después de manejar toda la noche, llegamos tipo 6 y pico, y nos acostamos a dormir hasta el mediodía, donde salimos a ver qué podíamos hacer puntualmente a información turística, e hicimos parte del sendero “Laguna Torre” y vimos un poco de los hermosos paisajes del sur, para luego ir a “El chorrillo” una mini cascada muy pintoresca y tranquila.

Al día siguiente hablamos de ir al sendero Fitz Roy, el cual es de 10km (y el último kilómetro es de dificultad alta) pero no lo realizariamos todo, si no que en el km4 había un mirador, íbamos a ir hasta ahí y volver.

Resulta que en el mirador nos encontramos una pareja mayor, que nos pedimos para sacarnos fotos mutuamente, y nos preguntó si íbamos hasta la laguna de los 3 (el final del sendero) y le dijimos que no, ya que nos parecía mucha exigencia (y todavía nos faltaba varios días de vacaciones para disfrutar) y ellos nos dijeron que iban, porque se lo habian prometido a sus nietos, luego de que se fueron, nos vimos con mi pareja y comentamos mutuamente que si ellos, a su edad, tenían las energías y voluntad de hacerlo, nosotros con 26 y 32 años teníamos que poder hacerlo, así que decidimos “cancelar” los planes de la tarde e ir a la “famosa laguna de los 3”.

 

Hasta el km 9 fue todo bastante lindo, no fue muy exigente y se disfrutaron paisajes hermosos durante todo el sendero, que claramente lo valían.

El último km fue el complicado, sumamente empinado y exigente, todo en subida, constantemente, y si bien un poco lo padecí por la exigencia que tenía, quien más lo sufrió fue mi pareja, que aunque costó horrores, varias veces pensó en abandonar y volver, y requirió varias paradas, el motivar (a ella y a todos lo que veníamos subiendo) con frases, sonrisas, chistes, hacer unos mini trotes cuando las piernas no daban más, fueron cosas que hicieron que se logre esa gran hazaña.

En mi vida fui 2 veces caminando a Lujan (60km) la primera vez tarde 12hs, la segunda 15hs, así y todo, ninguna de las 2, me pareció tan exigente como este sendero.

Sin duda la vista y el poder estar en la Laguna de los 3 es una belleza impresionante, que si bien en fotos se ve espectacular, no logran reflejar lo que ven los ojos humanos, y menos un par de ojos que hizo tanto esfuerzo por llegar a ese lugar.

A la vuelta tardamos unas 5 hs o menos, y con mucha exigencia también, porque para subir, te exige el corazón y los pulmones principalmente, pero para bajar, los músculos son los que pasan factura, y el dolor de rodillas, tobillos, pie, gemelos o lugares que no sabía que podían doler, hizo que también sea todo un desafío volver.

Al llegar a la entrada del sendero, nos reencontramos con la pareja de abuelos que tambien recien volvia, que lograron llegar como le prometieron a los nietos y nos contaron que tenían 65 y 61 años y que lo que hacían, era para demostrarles a sus nietos de que no hay edad para dejar de hacer lo que a uno le gusta, de salir, de conocer nuevas cosas, vivir experiencias únicas, tener una buena salud y ser feliz, una enseñanza que no se las dejo solo a sus nietos, si no que a nosotros también.

Y por ahora lo voy a dejar acá para no hacerlo tan extenso, voy a hacer una segunda parte, donde hablaré del viaje a Calafate del día siguiente, el paso por Río Gallegos y su particular percepción del turismo, y un segundo accidente que tuvimos con el vehículo.

¿Querés saber la segunda parte? Dejame un comentario sobre qué te pareció este posteo, que es lo que más te llamó la atención, o si conoces algo del sur de Argentina y apenas esté la segunda parte, te llegará la notificación.

Gracias y te dejo la parte 2 acá

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