En enero del 2018 con mi pareja decidimos vivir juntos, ella vivía sola y pagaba un alquiler, por lo tanto, decidimos que pueda ahorrar y que vivamos ambos en mi casa con mi vieja, que si bien, abonaba un alquiler, era mucho menor al de ella, y encima estaba ya dividido el pago del mismo.

Después de “probar” cómo nos iba en la convivencia, dos años más tarde (febrero 2020) decidimos mudarnos, pero solos  y ahí empezó la travesía de “buscar una casa para alquilar”.

Donde vivíamos teníamos un patio adelante y atrás, lugares perfecto para la perra, de tamaño grande, y la mesa de ping pong que me había regalado ella hacía unos cumpleaños atrás, por lo que precisábamos una casa o PH con patio, ya que un departamento con un balcón, no nos era útil.

Por donde buscábamos (V. Ballester, BsAs) no un lugar hiper poblado, ni la capital del partido, pero pocas casas en alquiler conseguíamos y si, muchos departamentos.

Las pocas casas que encontrábamos, eran o excesivamente caras (3 veces el valor aproximado que teníamos en mente) o le faltaba hacer muchísimas cosas y su estado no era óptimo. Hasta que en un momento fuimos a ver una, que nos gustó, el precio era hasta un poco más económico de lo pensado, y se veía en perfecto estado.

Así fue que nos fuimos a vivir a esa casa para fin de Febrero de ese año, principio de marzo, descubriendo lo que conlleva mudarse (comprarse sillas o muebles en general, elementos de cocina, ordenar para tener un lugar a gusto, etc.) y a lo que 2 semanas después, se decreta la cuarentena y estaríamos durante varios meses, encerrados en una casa que recién conocíamos.

Lo bueno de mudarse recientemente, es que al tener pocos muebles, también había más espacio, entonces podíamos entrenar en el living y cosas semejantes que nos eran útiles.

A pesar de tener que hacer una “adaptación forzada” nos sentimos super cómodos con la casa donde estábamos, tal es así, que sin pasar un año, hablábamos de que al vencerse los 2 años, renovar podría ser una buena opción.

En enero de este año (2022) comenzamos a hablar con la inmobiliaria para ver que hacíamos respecto a renovar o no y el precio. Cuando recibimos respuesta nos comentó el alquiler se iba de $21400 a “como mínimo” $40000 (un 87% más) a lo cual, si bien estábamos cómodos, sentíamos que el precio se hacía bastante elevado, así que nos pusimos en campaña de búsqueda de una nueva casa en alquiler.

Buscamos varios días en internet, había muy pocas con las cualidades que necesitábamos y el precio no era muy distinto al que nos hacían abonar. Cuando intentamos contactarlas no hubo mucha respuesta, entonces decidimos ir en persona a recorrer inmobiliarias. Visitamos unas 15 inmobiliarias durante toda una mañana, y en una sola había una casa con las “características” que precisábamos y cuando fuimos a verla, los ambientes eran bastante más chicos que lo buscado, y en precio tampoco era mucho más económico.

Así que luego de eso, decidimos renovar, pudiendo negociar un poco el precio y el porcentaje de aumento (Si bien la ley no lo permite, a ambas partes nos resultaba cómodo ( a nosotros a nivel presupuestario y al locador a nivel ingresos) el pactar un aumento semestral fijo, a diferencia del anual ajustado por índice)*.

¿Qué reflexiones saco de todo esto?

  • Comparar y tener una idea más amplia de lo que son los costos, si yo a la primera que me dijo el precio, le hubiera dicho “nah, eso es carisimo, gracias, pero vamos a buscar otra cosa” (Que lo pensé, pero claramente no lo dije) después el poder incluso negociar el precio, hubiese sido más complicado, y con un “lo charlamos con mi pareja y te digo” nos dió esa posibilidad de averiguar.

  • Tener en claro que es lo que buscas hace todo mucho más simple. Muchas veces, al no tener lo que le preguntamos, nos ofrecían otras “grandes oportunidades, bastante económicas” y demás, que si nosotros no teníamos en claro, tal vez podríamos llegar a perder tiempo en ir a conocer y demás.

  • Saber exactamente hasta cuanto uno piensa abonar, si bien 40k nos parecía un número alto cuando nos lo dijeron, luego de averiguar y charlar con mi pareja, decidimos que si había algo más grande, mejor ubicado, más cómodo o que simplemente nos gustara más y estaba hasta 45k, lo contemplabamos. Cuando nos decían 60k o semejante, ya sabíamos que no.

  • Hablar siempre y evitar los egos, lo cual siempre complican a la hora de una negociación, hay muchos libros dedicado, tanto a negociaciones como al trato con otras personas, que ayudan y que está bueno tenerlo en cuenta en estos momentos y nos sirven para sacar resultados favorables para ambas partes (ganar – ganar)


Hablamos sobre alquileres en el episodio 55 del Podcast, que puedes escucharlo acá -> #55 Alquileres: Ley, experiencias, tips, con Seba Iglesias

¿Te sirvió este posteo? ¿Qué fue lo mas útil o que duda tenés? Dejalo en los comentarios

 

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *